Los Beneficios de la Musicoterapia para el trastorno de espectro autista.
- Jonathan Rojas
- 16 jun 2019
- 2 Min. de lectura
Las personas con trastornos de espectro autista (TEA) tienen dificultades en la comunicación, la conducta y la interacción social. La musicoterapia emplea la música y sus elementos para permitir a las personas comunicarse y expresar sus sentimientos. De esta manera, la musicoterapia aborda algunos de los problemas centrales de las personas con TEA.
La musicoterapia se ha definido como "un proceso sistemático de intervención en el que el terapeuta ayuda a su cliente a promover la salud, mediante experiencias musicales y las relaciones que se desarrollan por su intermedio como fuerzas dinámicas de cambio" (Bruscia 1998, p. 20).
Los procesos que ocurren durante la improvisación musical pueden ayudar a las personas con trastorno de espectro autista a desarrollar habilidades comunicativas y su capacidad de interacción social. La interacción musical en la musicoterapia, en particular la improvisación musical, se comprende y describe a veces como un tipo de lenguaje no verbal y preverbal que permite a las personas verbales acceder a experiencias preverbales, a las personas no verbales, interactuar comunicativamente sin palabras y a todos involucrarse a un nivel más emocional, basado en las relaciones, que aquel accesible mediante el lenguaje verbal (Alvin 1991).
Informes clínicos y estudios preexperimentales sugieren que la musicoterapia puede ser una intervención efectiva para las personas con trastorno de espectro autista. Por ejemplo, Edgerton evaluó el desarrollo de habilidades comunicativas en once niños autistas durante el transcurso de sesiones de musicoterapia, y encontró un aumento continuo de los actos comunicativos y las respuestas en todos los sujetos (Edgerton 1994). Schumacher describió cualitativamente cómo los patrones de relación de niños autistas cambiaron y se desarrollaron durante la musicoterapia a largo plazo (Schumacher 1999a, Schumacher 1999b).
Los niños con autismo mantienen intacta su sensibilidad musical. En el año 1987 se publicó un estudio en la Journal of Autism and Developmental Disorders en el que se demostraba que los niños con autismo conservan su sensibilidad por la música e incluso pueden sentirse aún más atraídos por estímulos musicales que los otros niños. Esto explica por qué la musicoterapia es tan eficaz en el tratamiento del autismo, sobre todo cuando fallan las terapias convencionales.
De hecho, la musicoterapia no solo reduce los síntomas conductuales sino que también disminuye los movimientos estereotipados y repetitivos, a la vez que favorece la comunicación y las relaciones sociales. Estos beneficios se logran a través de diferentes técnicas, dirigidas a entrenar la respuesta física y emocional de los niños, como por ejemplo:
-Los ejercicios de vocalización.
-Los movimientos para seguir el ritmo musical.
-La audición musical.
-Los juegos creativos musicales.
-El canto solo o con acompañamiento.
-Tocar instrumentos musicales.
-La reproducción espontánea de ritmos.
-Tararear las canciones.

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